19 de octubre de 2010

EXPERIENCIAS PROBLEMÁTICAS EN CHILE




Hola!!

Como muchos sabréis, a finales de septiembre supe que me iba a Chile a cubrir el rescate de los mineros atrapados. Todo un reto teniendo en cuenta que hasta ahora me había limitado a festivales de cine y eventos más "cómodos", siguiendo unas pautas claras, con una organización cuidada, y donde los imprevistos podían ser pocos. Por eso, desde el momento en que me asignaron a cubrir este tema ya me di cuenta de dos cosas: por un lado que iba a ser impresionante por la cobertura en sí: el rescate de los mineros, pocas veces hoy en día se dan buenas noticias así. Y por otro lado que iba a ser duro por las condiciones.

En los días previos al viaje sólo pude comprobar e intentar mentalizarme de que sería una cobertura difícil por esas condiciones, porque se trataba de dormir en el campamento que se había improvisado junto a las familias que llevaban dos meses esperando el ansiado día. Así que compramos dos tiendas de campaña, colchonetas, linternas... accesorios de camping, vamos. Además, por lo que nos contaban desde Chile había escasos baños de obra instalados, y unas 4 duchas para las 3000 personas que había allí acampadas. Así que me mentalicé también de que sería una cobertura un tanto guarra. Cargué con esponjas de estas que se mojan y ya desprenden un jabón, y mucho desodorante.

Con esas cosas vitales cargadas en la mochila, nervioso pero con muchas ganas, en unos días me planté con mis compañeros en Chile. Hemos ido 4 personas en total: dos redactoras, una de las cuales se dedicaba a grabar los reportajes que mandábamos; una segunda redactora que se centraba en las conexiones en directo; el cámara, y yo.

El viaje la verdad es que comenzó muy cómodo; viajábamos en business. Yo nunca lo había hecho y lo gocé que da gusto. Que si "¿quiere champán, señor?" que si "tenga un neceser con artículos para su aseo" o "si el señor no quiere que se le despierte en toda la noche ponga este cartel aquí delante" hasta "¿el señor está de acuerdo con el menú diseñado por Sergi Arola?". Por no hablar de los asientos anchos que se tumbaban hasta posición horizontal. En fin, una gozada. Una foto de la zona business:



Pero luego nos daríamos de morros con la realidad. La llegada a Chile en general, y al campamento en particular, fue una auténtica bofetada. Tras alquilar el coche y recoger un generador de electricidad que había encargado, nos dirigimos al campamento. Para entonces ya eran las 4 de la tarde en Chile, 10 de la noche en España, y desde la tele nos encargaban tener enviada a las 9 de la mañana un video sobre el ambiente en el campamento. Así que nada, avanzamos por el desierto de Atacama en busca del Campamento Esperanza. El recorrido, increíble. Cientos de dunas allí hasta donde se podía ver.

Con ese paisaje llegamos al campamento y buscamos sitio: para aparcar y para acampar, porque aquello estaba hasta arriba, sobre todo de periodistas. Tras dar un par de vueltas encontramos un hueco junto a unos compañeros españoles. Casi no había tiempo para montar las tiendas, ya que teníamos que grabar de forma urgente antes de que anocheciera. EL cámara se fue a grabar con la redactora y yo me quedé intentando montar las tiendas. Cuando me puse a ello reconozco que me costó; yo nunca he hecho camping, y si tenemos en cuenta que el suelo era pura roca, se hacía difícil poner nada estable allí.
CUando acabé de construirlas reconozco que no vi el resultado esperado. Las tiendas me habían dicho que eran para dos personas, pero viéndolas mejor yo diría que más bien cabía uno. Bueno, uno y un perro igual, pero dos difícil.



Aproveché para ver el campamento que se alzaba ante mí:



Fui a ver cómo era nuestro nuevo hogar. Habían algunos baños desperdigados, de estos de obra, y decían que unas pocas duchas, pero nunca las llegué a encontrar. Aparte de esto, había un lugar donde repartían algo de comida, y agua o café. Eso era todo.

Con estas premisas nos pusimos a trabajar y grabamos toda la tarde y hasta las 23.00. A esa hora fuimos hacia las tiendas para montar el video en el ordenador, pero viendo que en las tiendas no podía ser, nos enchufamos al generador junto al coche dispuestos a montar el video allí. Pero la temperatura empezó a bajar considerablemente, igual que la niebla, haciendo que el frío se metiera hasta lo más profundo de cada uno. Viendo el percal, nos fuimos a la zona del campamento donde habían habilitado unas mesas para la prensa y enchufes, que aunque estaban a la intemperie se encontraban algo más resguardadas del viento gélido ese.

Así nos dieron las 4 de la mañana, la redactora se fue a la tienda y nos dejó al cámara y a mí terminando de ajustar unas cosas y haciendo otro video resumen. Conclusión: no cenamos, no dormimos, y nos congelamos. EL resultado de esto no podía ser bueno, y pronto por la mañana me vi vomitando en la parte trasera de la tienda de mis vecinos (no iba a hacerlo en la mía, que luego huele mal).

La tónica general de nuestra vida en el campamento sería esa, salvo lo del vómito, que afortunadamente no se repitió.

Pero surgieron otros problemas, léase:

- Justo después de vomitar, estando yo pálido y moribundo, cuando me estoy metiendo a la tienda a descansar algo, me viene un hombre y me dice que a ver por qué he montado la tienda en mitad de su punto de directo. Me fijo, y efectivamente había montado mi chiringuito en mitad del tiro de cámara que tenía para hacer sus directos. Se ve que al ser de noche no lo vi... Tocó cambiarla de sitio.
- El lunes, un aparato que sirve para sacar el material del ordenador a un disco y poder enviarlo por satélite, funcionaba cuando quería. Así que tuvimos que encontrar una forma alternativa de mandarlo. Para cuando lo encontramos no pudimos enviar un video que tuvieron que descartar.
- El martes, cuando fui a arrancar el generador de electricidad, me quedé con la cuerda de arranque en la mano, con lo que nos quedamos sin generador. El resto de los días tuvimos que cargar las cosas en el puesto de los de al lado (los del vómito no; los que había invadido con la tienda tampoco; los únicos que quedaban a los que no había hecho nada sí, esos), y para hacer un montaje una noche tuve que acercar el coche donde estaban ellos y hacer el montaje desde dentro del coche con un cable sacado por la puerta.
- Ese día, yendo a un pueblo a buscar provisiones, un perro suicida entrenado por al qaeda se lanzó contra nuestro coche y tuve que esquivarlo de milagro. La cosa no pasó a mayores, pero por poco nos la damos. Al perro no le pasó nada.
- El miércoles un proveedor que nos daba un directo nos puso en un sitio nuevo y más bonito. Pero más chungo. No llegaba nada de la señal, las lineas de teléfono no iban... al final fuimos estableciéndolo todo, pero a poco de entrar en directo se nos fue la señal, y tras varias llamadas al satélite se restableció y entramos, aunque un poco tarde.
- El miércoles también, para acceder a la zona de directos sobre la plataforma de rescate había que pedir una pulsera especial. Pedí las 4 para nosotros pero nos dieron 3. Tuve que ir 6 veces más a prensa a pedir la cuarta hasta que me atendió alguien inteligente y simpático, y le vendí que venía la presentadora estrella de la cadena a hacer los directos, y que claro, no la podía dejar fuera (yo creo que se imaginó a la mismísima Ana Rosa Quintana...).
- El miércoles también nos dividimos, y mientras dos nos quedábamos en el campamento, los otros dos iban al pueblo a hacer reportajes allí desde el hospital. Pero no había hoteles libres. Así que tras preguntar al tipo que me había vendido el generador si conocía de algo que pudiéramos alquilar, acabamos metidos en su casa durante las próximas dos noches. Una casa con 2 habitaciones: la del tipo y su novia, y la de invitados, con una cama para los 4.
- El jueves, tras hacer un directo para el informativo matinal desde la mina a las 3.00 de la mañana hora chilena, me dice una redactora que se le ha ocurrido un súper reportaje y que necesita una cámara para grabar a primera hora, a las 8. Teniendo en cuenta que nuestro cámara se encontraba en el pueblo grabando otro reportaje con la otra redactora, tuve que mendigar por las tiendas de campaña que tenían gente despierta a ver quién me dejaba/alquilaba una cámara que por cierto se suponía que tendría que manejar yo a falta de operador. Al final encontré uno y me lo grabó él. Me acosté a las 5.30 en mi saco de dormir.
- Esa misma noche, a las 6.00 recibo una llamada de Madrid: el directo que teníamos contratado a las 10.00 desde la mina peligra porque nuestro proveedor ha decidido irse de allí. Así que me tocó mendigar otra vez a ver quién me daba un directo unas horas más tarde. Al final encontré un proveedor.
- Unas horas más tarde, ya en el pueblo, tenía un directo contratado con ese mismo proveedor. Se inventa que no tenía el horario claro y me dice que no me lo da. Así que me toca inventarme una fórmula para hacer un directo con una tele local de chile y que la señal llegue a Madrid. Al final llega.
-Al día siguiente, tengo un directo a las 3.00 de la noche desde el hospital. Aparecemos allí y no hay ni perry. Llamo al proveedor y no contesta. Se nos cae el directo y luego me dicen que por un error de coordinación entre su gente, no han aparecido. Vamos, que me han plantau.

En fin, que hubo momentos de desesperación máxima. Pero también otros buenos. Y es que el momento del rescate fue muy emocionante. Aquí tenéis un video que grabé yo del momento en que sale el último minero, grabado en el campamento de los familiares.



Sólo pondría un pero a todo esto. EL rescate estuvo muy bien, sí. Se sacó a todos y muy rápido, sí. Se han salvado 33 vidas, sí. Pero uno se va de allí con varias reflexiones:
- Haber asistido a un auténtico reality en toda regla, donde las cámaras del propio gobierno chileno que daban la señal internacional a todas las teles, no tuvieron reparo en mostrar en directo para todo el mundo la cara del pobre niño que lloraba al ver a su padre salir del agujero. La cosas como son: a la televisiones, que nos ofrezcan esas imágenes, son como un regalo; sólo falta la música de película de fondo; pero creo que no era lo éticamente correcto...
- En medio de este show, el omnipresente Presidente Piñera, con sus discursos más propios de una peli americana, contando para si mismo como puntos positivos sus apariciones ante los medios de todo el mundo. Porque es Piñera, que apenas se le conocía aquí hasta ahora, porque esto mismo llega a haber pasado en Venezuela y Chaves hace un uso parecido o incluso menor del evento para darse bombo, y le llueven palos por todos los lados. Y no estoy defendiendo a Chaves.
- Espero que las familias de los mineros, y los propios mineros, no se dejen llevar por la farándula que rodea al mundo de la televisión y las exclusivas. Son gente muy pobre, nada acostumbrada a estas cosas. Y nos pasó dos días después del rescate intentar hablar con un minero y que su mujer preguntara cuánto pagábamos. Como en informativos nunca pagamos por declaraciones, ahí se quedó. Pero me da a mí que buena parte de esta gente nunca volverá a ser la misma. Y no sólo por haber sobrevivido a un trauma así.

Nos vemos gente!!