17 de noviembre de 2010

EXPERIENCIAS EN AMSTERDAM Y BÉLGICA



Hola!

Escribo otra vez aquí después de una semanas de ir y venir. Estuve en Donosti unos días, y luego surgió una posibilidad, ¡por fin!, de coincidir con mi Amiga Especial (AE) de días libres. Así que no la desaprovechamos y nos desquitamos del fallido viaje de Agosto a Holanda y Bélgica (no pudimos ir porque mi AE encontró trabajo). Por eso dijimos: vamos a cogernos un billete a Amsterdam, y de ahí hacemos una excursioncilla a Brujas. Era menos que lo planeado en verano, ¡pero menos es nada!

Así que cogimos los billetes, y para el tema del hotel aprovechamos que yo tenía puntos de la iberia plus y nos regalaban una noche de hotel, de manera que la primera salía gratis y pagábamos dos. El día llegó y nos plantamos en Amsterdam sin mayor contratiempo, lo cual quiere decir que el vuelo transcurrió sin problemas ni hechos anecdóticos destacables, que viajando yo ya es decir. Pero la llegada a la ciudad fue más divertida.

Tras coger un tren que nos llevó al centro, bajamos y cogimos un tranvía para llegar al hotel. Lo encontramos rápido, y nos metimos. Al llegar a la mesa de la recepción, vimos un gigantesco “Hola, bienvenidos” escrito bajo el mostrador. Se nota que el hotel es de una cadena española. Así que alcanzo la mesa con el “Hola bienvenidos” en la cabeza, y digo tan feliz a la holandesa de turno, una Recepcionista Impasible (RI):

La traducción viene a ser la misma aunque meta alguna cosa que el parlante pensaba en cursiva:

Yo: “Hola, teníamos una reserva”.

La chica se quedó mirándome igual que las vacas al ver pasar un tren, algo así:




Tras dos segundos de silencio me dijo:

RI: “Eh… wait here… I am going to…” (espera aquí, voy a…) Y se fue hacia la trastienda de la recepción.

En ese momento me di cuenta de que le había preguntado en castellano:

Yo: “Oh! Wait! I can speak English if you prefer!” (¡Espera! ¡Puedo hablar en Inglés si prefieres! Soy un poco tonto y no me acuerdo de que he cambiado de país…)

La RI se detuvo y se volvió a mí con la misma cara de lerda.

RI: “Ok, tell me please”. (Bien, dígame por favor, lerdo)
YO: “I made a booking for three nights” (Hice una reserva para tres noches)
RI: “Of course. Last name?” (por supuesto. Último nombre) Bueno, en realidad quería decir “apellido”, pero siempre he querido decir: “me he llamado siempre Javier, los últimos 26 años, no lo he cambiado nunca porque es un nombre precioso”.
YO: “García”

No dijo nada y pulsó unas cuantas teclas a una velocidad infernal, para acabar mirándome y diciendo:

RI: “Sorry, we are not expecting anyone with that name” (lo siento, no esperamos a nadie con ese nombre. Ala, a hablar castellano a otro lado.).
YO: “I did the booking with my Iberia frequent flyer points, and the two other nights normally” (hice la reserve con mis puntos de Iberia y las otras dos normal. Así que mira bien, cacho mema).
RI: “Yes, I can see the booking for Sunday and Monday, but not today’s one” (sí, veo la reserva de domingo y lunes, pero no la de hoy. Reservaste mal, cacho tonto).
YO: “There must be a mistake. I received an email where you said that if I was arriving later than 6.pm I had to call. And I called and one of your colleagues told me it was ok and that he would let you know” (Debe de haber un error. Recibí un email donde decían que si llegaba más tarde de las 6 pm debía llamar. Llamé y uno de tus colegas (en inglés no suena tan mal) me dijo que estaba correcto y que os lo diría).
RI: “Oh, I see… But he hasn’t” (Oh, ya veo… pero no lo ha hecho. Qué pena que me da. A dormir a la calle).

Y mi AE y yo nos quedamos con cara de: pues danos una solución.

RI: “Ok, let’s see. This hotel is fully booked today. You can go to sleep to the Barbizon, a 5 star hotel, and tomorrow come back”. (Bien, veamos. El hotel está hasta hasta las trancas hoy. Podéis ir a dormir al Barbizon, un 5 estrellas, y mañana volver).
AE: “But, what a mess!! So we have to go there, and tomorrow come back, packing, unpacking…” (Pero, qué desastre! Así que tenemos que ir allí, volver, hacer maletas, deshacerlas…)
RI: “Or you can sleep there the three nights if you prefer” (o pueden dormir allí las tres noches si lo prefieren. Jodo, cómo se ha puesto la tía esta… y qué bien le queda el pelo largo a la desgraciada)
YO: “The three nights?” (¿las tres noches? Compruébalo)
RI: “Yes”
YO: “Paying the same?” (?pagando lo mismo? Recompruébalo)
RI: “Yes Pesao”.
YO: “Also with the first night paid with the iberia points?” (¿con la primera noche pagada con los puntos de Iberia también? No me la vayáis a liar otra vez)
RI: “Yes. I can call you a taxi and he will bring you there right now”. (que sí, leñe. Les puedo llamar a un taxi y les llevará ahora mismo allí O le puedo decir que os secuestre y os lleve a Bosnia).
YO: “mm… ok” (Venga… vale… si insistes…).

Y así llegó un taxi que nos recogió y nos llevó al otro hotel, que estaba en frente de la estación central de tren, así que muy bien. Cuando bajamos, vimos la pedazo entrada y recepción delante y flipamos un poco. Entramos en la puerta giratoria, en el mismo compartimento que una señora aparentemente más habituada a ese tipo de establecimientos. Que entráramos tres en un mismo compartimento era un poco apurado pero entramos. Y de repente: CROOOOOOONC. La puerta se para en seco y la señora, que iba delante, casi se deja los piños contra el cristal. En ese momento noto que algo me tira desde atrás y veo que tengo mi maletita de ruedas atrancada en la puerta, y que ésta está haciendo fuerza para avanzar pero no puede.

Yo: “Uuups…”
AE: “Javier, ¿qué has hecho ahora?”
Yo: “Nada, es la maleta… espera…”

Me giré para intentar desatascarla, y tras un par de tirones la solté. La puerta volvió a girar y salimos de allí, con la señora mirándonos medio riéndose, medio asustada.

Tras esa entrada triunfal en el hotel de 5 estrellas, fuimos a recepción. Les explicamos que veníamos del otro hotel y todo el rollo. La mujer, tras haber visto lo de la puerta, no debió de creernos y llamó al otro hotel. Luego nos dijo que estaba todo OK, y que nos daba una habitación con una vista “beautiful” de la plaza central.

Por fin, subimos a la habitación. Entramos y… ¡¡tenía dos camas!!. Pensamos si seguir dando guerra y pedir una de una cama grande (nos gusta dormir abrazaditos, hacía mucho frío…) o si dejarlo estar y apañarnos. Pues habéis acertado, elegimos la primera. Cogimos nuestros bártulos y bajamos a recepción.

La recepcionista nos vio aparecer y debió de pensarse que ya nos habíamos aburrido. Le dije lo de la habitación y me dijo que tenían una con cama grande, pero que las vistas eran a patio. Le dijimos que vale, que ya veríamos las vistas en la propia plaza durante la mañana. Así que nos cambió la habitación. Aproveché para preguntar a ver si nos podía regalar el desayuno, pero poco menos que me mandó a un sitio muy feo.

Y eso, subimos otra vez, y esta vez sí, teníamos habitación con cama grande. Y tan grande. Ahí cabían 6 como yo y cómodos.

El resto del viaje fue bien. Con las cosas típicas de nuestros viajes. Yo quería sacar muchas fotos, mi AE se desesperaba un poco… Pero es que la culpa es suya y tengo la prueba. Yo sólo sacaría una foto en cada esquina si mi AE saliese normal; pero ella va y cierra los ojos siempre. Ejemplo: nos vamos a sacar fotos delante del Rikjsmuseum.










Ante la imposibilidad de sacarle bien, me pongo yo.




Ella echa la culpa al sol. Y yo digo: tengo los ojos claros, se supone que soy más sensible al sol! y lo aguanto mejor!

Bueno, pues eso. Que acabamos el viaje en Brujas. No es una expresión para decir que nos arruinamos o algo así, es que fuimos a Brujas, en Bélgica. Pedazo lugar, por cierto. Lo digo en cuanto a bello, porque era un poco aburrido. Casi no conseguimos encontrar un sitio para cenar a las 21.00! Y nos echaron de una cervecería a las 19.30!

Pero lo mejor fue el alojamiento. Un hotelito que pillé por Internet. El hombre me mandó un mail pa decirme que si llegaba más tarde de las 18.00 avisara. Avisé, y me mandó un código para entrar por la puerta, y me dijo que nos dejaría las llaves en el mostrador.

Pues al final llegamos a las 17.00, pero ahí no había ni kiski. Vamos, que el tío se piró. Pero nos dejó una nota y unas llaves. En la nota podíamos leer cómo nos daba la bienvenida al hotel. Pero más abajo ponía lo siguiente:

"En la planta baja, junto a la escalera, encontraréis el Honesty Bar. Servíos vosotros mismos. Ahí tenéis café, té, refrescos, y alguna cosa más que podéis coger. El último día deberéis abonar lo que hayási consumido, para lo cual confíamos en vuestra honestidad a la hora de apuntar. Gracias."

Nos quedamos un poco perplejos con el invento, pero cogemos los bártulos y enfilamos la escalera. Cuál sería la sorpresa al ver junto a ella el Honesty Bar. Tú al leer la nota te imaginas una barra con bebidas detrás y posibilidad de autoabastecerte. Pues bien, encontramos esto:




Una mesa con vasos de plástico y sobrecitos, y unos refrescos. Tenía mucho encanto...

Bueno gente... que en diciembre me da la impresión que voy a terminar el año con mucha fuerza bloguera... Empezaré el mes yendo a Estocolmo con el trabajo, a la entrega del Nóbel a Vargas Llosa. Y luego... me voy a Malasia con mi AE!! Dos semanas!! Y no veáis en qué plan: jungla, cabañas sin puerta con fauna salvaje, recorridos en moto los dos sólos sin guía... Sí, tiene buena pinta!!

Nos vemos!