23 de julio de 2007

EXPERIENCIAS EN COSTA RICA (I)


¡Hola otra vez!

Ayer volví de mis vacaciones en Costa Rica. Dos semanas conociendo el país en que como ya sabía había mucha costa, y mucha lluvia. Me cago en la temporada de lluvias tropical... no había forma de ponerse al sol un ratito sin que llegara el momento de oir: "me ha caído una gota... me han caído dos... se está abriendo el cielo!!" y huir como podíamos al coche. Yo quería ponerme moreno, y al final va aser que me he puesto sólo "mo", porque el "reno" duró apenas dos días.

El país es muy chulo, nunca había visto una selva así a lo bestia, unas playas salvajes así, o un volcán echando rocas cubiertas de restos de lava, de noche y desde el balcón de mi habitación del hotel, como quien ve una peli... menos mal que ninguna de estas rocas encendidas llegó a nosotros...

Pero vamos a lo que interesa, a lo que de verdad importa... un viaje con el mencionado HT, mi Venerable Madre (VM) y mi Honorable Padre (HP), tenía que dar mucho de sí en lo que a anecdotillas se refiere. Si encima voy yo, era seguro que sería así. Hoy publico sólo algunas, y dejo "la gorda" para una segunda entrega, ya que se merece capítulo especial. De ella publico ahora sólo un avance.

CAPÍTULO 1 - "Olvidos en el control de seguridad - 2ªparte"

¿Os acordáis de cuando mi HP se olvidó los zapatos en el control de seguridad de Barajas? (Si no, léase "experiencias de viaje III, o de dónde me viene el despiste" publicado en abril). Pues esta vez ha habido más, con el mismo protagonista. Pasábamos el control de seguridad del mismo aeropuerto, aunque en distinta terminal. Cada uno de nosotros llevaba sus cosas, de las que se encargaba de pasar y recoger. Antes de pasar, cachondeo con mi HP para que no se dejara los calzoncillos o algo similar. Pasa mi VM. Paso yo. Pasa mi HT. Esperamos al otro lado a mi HP, un pelín rezagado. Llega. De momento viene calzado, bien. Prueba superada. Mi VM empiexza el repaso.
"¿Llevas la cámara?"
" Sí"
"Darling, ¿y la maletita negra con toda la documentación, dinero, reservas...?"
"AIBA!!!"
Dada la respuesta y su giró de 180º hacia el control deducimos que se lo ha dejado. Encima, no a la salida del control, sino que la había dejado al otro lado, antes de pasarla. Vuelve con ella. Y mi VM sigue el repaso.
"En fin, ¿está todo? Darling, ¿y tus gafas?"
"AIBA!!!!"
Mi HP hace otro giro de esos y vuelve a pos sus gafas, que seguían en la bandeja, esta vez sí, pasado el control.

En el viaje de vuelta volvió a dejarse algo, esta vez el reloj. Pero ya va dejando de ser noticia...

CAPÍTULO 2: ¿Limpiando o saludando?

Estábamos en Playa Tamarindo, un lugar con mucho surfero y "gente guay" en el pacífico. Estábamos en un hotelito al lado de la playa, y para desayunar había que ir a un sitio cercano. Al volver de desayunar veo desde lejos una silueta en el ventanal del primer piso que mueve el brazo derecho enérgicamente, de derecha a izquierda. Miro hacia atrás, y no hay nadie. Como desde lejos no sé quién es y pienso que es a mí, le devuelvo el saludo. Al momento se para, y sigue después. Yo pienso: "qué raro... si ya le he saludado, querrá decirme algo". Al llegar más cerca me doy cuenta que lleva un paño en la mano y está limpiando el cristal.
Al entrar y pasar por el primer piso andando (porque no había un prostituto ascensor) a duras penas aguanto la risa.

CAPÍTULO 3: HT incomprendido.

Es entre los cercanos a mi familia sabido que mi HT se queja continuamente de que no se le escucha. Esta historia viene a corroborrar esa teoría.
Estamos a las 7 de la mañana desayunando en una panadería antes de ir a hacer deportes de aventura (tirolinas y saltos a lo tarzán, muy divertidos por cierto). Mi VM, hiperactiva como ella sola, no paraba de rajar ajena al ambiente de sopor máximo vista la hora que era, y el ajetreo del día anterior. Mi HT intenta hablar durante minutos pero a dura spenas consigue decir 3 palabras sin que mi VM le interrumpa y siga con su speech. A mi HT se le va volviéndose visiblemente irritado, así que como buen hermano decido echarle un cable:
"Ama, ¿quieres dejarle hablar, que lo lleva intentando 5 minutos?"
"Vale, venga, habla" - dice resignada mi VM.
"Pues que..."
Mi HT apenas a pronunciado 4 palabras cuando mi VM se levanta como el rayo.
"Venga vámonos que es tarde".
Mi HT se irrita mientras los demás nos reímos.

CAPÍTULO 4 - La cuidadosa masajista

Estamos al pie del volcán Arenal, activo (el mismo que echó rocas encendidas por la noche), en un SPA. Una gozada, pa que engañarnos. Calentitos entre cascadas, muy idílico y maravilloso todo. Al acabar, con la excusa de que es el cumpleaños de mi HT, nos damos un masaje. Por problemas de reservas, primero va mi VM. Luego los demás.
Antes de ir mi HT y yo, nos mostramos reticentes a ir como nuestra VM nos trajo al mundo, y bajo el albornoz nos ponemos un calzoncillo. Mientras nos cambiamos en el vestuario nos llega la voz de nuestra VM desde lo más alto (en realidad desde su vestuario, pero se oía por todo).
"Javier... ¿estás ahí?" Era como si te hablara el más allá.
"Sí..."
"Oye, id sin nada, que no os van a ver, de verdad, son muy cuidadosos con eso, en serio..."
Un poco reticentes e incómodos, pero accedemos, y decidimos ir con el albornoz y nada más.
Tras rellenar un formulario sobre si tenemos problemas de algún tipo nos presentan a cada uno a su masajista. Mi Cuidadosa Masajista (CM) me da la mano y me dice que le siga. Nos metemos entre arbustos, con el sonido de las cascadas de fondo y las, como yo llamaba, ranitas-cascabel. Unos farolillos eran la única luz. Llegamos a un lugar con dos camillas y una tejabana (menos mal, no paraba de llover). Me pide que me siente.
"Muy bien, ahora le voy a hacer una limpieza de pies"
Al principio entendí que me llamaba guarro de forma injustificada, y aque venía del spa y más limpios no podían estar.
"Vale" le respondí.
Mi CM me coge lo s pies y los mepieza a frotar con una toalla mientras los mete y saca de un balde. Dura apenas un minuto, pero de las cosquillas que me está dando se me hace largo para no descojonarme, cosa que habría sido muy desaforunada en un ambiente tan apacible.
Acaba con la limpieza de pies. Me pide que me levante y me dice:
"Ahora vamos a comenzar. Usted se va a tumbar aquí. Antes, se quitará el albornoz y lo dejará allí colgado..."
"Vale" Yo hago ademán de quitármerlo.
"¡Todavía no!" -me interrumpe.
"Ah, perdón".
"Bien, lo deja ahí colgado y se mete boca arriba entre estas sábanas. Cuando esté listo toque esto así y yo volveré".
"De acuerdo"
Lo que tenía que tocar era un instrumento que consistía en una cuerdita que unía dos especie de campanas, que al chocar entre ellas hacían un sonido parecido al de los hoteles caros donde llaman al botones apretando una cosa.
Ella se va. Cuando desaparece entre los arbustos (si hubiese estado buena habría parecido una ninfa en medio del paraíso, en medio de ese ambiente) me agacho atocarme los pies, que noto sorprendentemente suaves después del lavado ese. Me quito luego el albornoz y lo dejo en el colgador. Al dejarlo tengo los dedos resbaladizos por la cosa con que me han lavado los pies,y se me resbala el instrumento de llamada de ninfas. En un acto reflejo sorprendente evito que caiga al suelo al coger la cuerdita en mi dedo meñique. Mi repentino alivio se ve seguido de un agobio tremendo cuando las dos campanitas a cada lado de la cuerda chocan y hacen el "CLING!!!" que en mi cabeza suena como en un concierto heavy. Me ves a mi agachado, en pelotas, con el arma del delito entre las manos. Lo primero que hago es estúpido: me quedo agachado mirando al instrumento de los cojones haciéndole SSSHHH!! y pensando: "que la masajista esté sorda, que la masajista esté sorda...". Pues no lo estaba la puñetera. Al segundo oigo que se acerca y me escondo detrás de la camilla de forma patosa, haciendo otros 2 o 3 CLINGS!! con la mierda de campana esa. Ya más que la llamada a una masajista parecen las campanadas de fin de año.
Ella aparece y me ve allí, agachado, en pelotas, detrás de la camilla, y con el retumbar del último CLING en el amibiente paradisíaco ese. Su llegada rápida se para en seco al verlo. Decido hablar.
"Este... he tenido un problema... con... ¿puede volver en un minuto?"
"Eh.... sí, sí... ehm... llámeme cuando esté listo".
Su mirada de flipada en ese momento es de libro. Se va. Yo me tumbo rápidamente, me tapo, y toco la mierdacampana esa. Ella vuelve, esta vez más despacio y cautelosa.No volvimos a hablar del tema. De hecho no volví a hablar más que para las gracias al final del masaje, por cierto increíble.

CAPÍTULO 5 - Culos pesados.

Último día. Vamos por la carretera camino del aeropuerto. Diluvia. Llegamos a un peaje y un cartel nos dice lo siguiente.
"PEAJE. Culos pesados en el carril derecho". Sí, algún gracioso había borrado VEHI.
Hago la gracia típica de que la gente con el culo gordo se tiene que poner en el carril derecho, que a mi HP le hace mucha gracia.
Al cabo de dos minutos de seguir por la carretera, comento:
"Hay que salir aquí, ponte en la derecha, como si tuiveramos el culo pesado"
Mi VM se ríe y dice:
"Qué mala leche, borrar VEHICULOS para que quede eso".
Mi HP en ese momento hace:
"AH!!!!!" Y se empieza a descojonar solo.
Le miramos como diciendo, "ahora qué pasa".
"Nada, que... no había caído en que estaba eso borrado, pensaba que era así".

En fin... y todavía queda la historia más surrealista e increíble. Como avance: pinchamos dos ruedas del coche de alquiler al mismo tiempo, me mandaron en busca de ayuda con dos canadienses que pasaban por ahí, y acabamos abrazándonos con desconocidos... un show. Pero será en una próxima entrega.

Ahora me despido dejando unas fotitos, y esperando escribir pronto, dependiendo de mi estado... en teoría pasado mañana deberían quitarme la dichosa piedra del riñón.
Os pongo una foto de una rana tropical de esas zonas, ya iré poniendo alguna más. Son hechas por mi Hermano Tocapelotas (HT), y a que yo llevé video, y como hasta dentro de 3 años no etsará montado... habrá que hacerse una idea con esto. La foto de arriba también es suya.



Saludos a tutti!!

5 de julio de 2007

EXPERIENCIAS EN IKEA, Y EN EL CORTE INGLÉS

¡¡Hola!!

Hoy escribo para despedirme de mis lectores hasta que vuelva de mis vacaciones. Sí... por fin llega el gran momento. Uno sale del trabajo sonriente, dejando caer que no vuelve en un tiempo, porque se va de VACACIONES. Esa palabra mágica que podemos pronunciar como mucho dos veces al año. Esa palabra que, porque hablando no se puede, que si no uno la diría con mayúsculas, para mayor recochineo en el trabajo. VACACIONESSSSS... Algunos compañeros te miran pensando... "qué cabrón"... otros pensarán "qué bien, ya se pira el pesao este", pero son los menos...
y otros piensan en cómo se recochinearán cuando les toque a ellos. Hablando de compañeros, esta semana han empezado dos nuevos, más 5 becarios... un gentío vamos, y se ha ido uno... La verdad es que me dio mucha pena este uno... pero c'est la vie, un abrazo pa él desde aquí!!! cuando vuelva de vacas sabes que hay cañas pendientes!!

Esta vez me piro a Costa Rica, que como su nombre indica tiene mucha costa, y no sé si rica, pero humeda es un rato, así que a pasar calor de ese pegajoso tan divertido. EL caso es que pienso volver conguito, marrón marrón, y el 22 estaré de vuelta, más deprimido de lo normal. ¿Por qué? Porque el 24 me quitan una puñetera piedra que me ha salido en el riñón. Es curiosa la reacción de la gente cuuando le dices que tienes una piedra. La gran mayoría te mira y dice:
- Ala, ¿y te duele?
Pues no, no me duele, de hecho ni sabía que estaba allí la jodía.
Otros, de esos que obsesionandos con los tamaños, preguntan:
- Ala, ¿y es grande?
Y otros, afortunadamente escasos, me han preguntado:
- Ala, ¿y pesa?
A las tres preguntas, NO. Así que a la vuelta de vacaciones me expondré a que venga un médico y sobre mi piel marrón caribeña ponga una máquina que me suelte descargas para pulverizar a la mierda de roca esa. Ya contaré aquí la experiencia llegada la fecha.

Antes de irme, sólo dos apuntes sobre compras.

El domingo cambié de piso (sí, ya me he librado de mi queridísima compañera de piso) y mi nueva habitación es 3 veces la que tenía antes. Eso la habitación, porque el armario es directamente como mi ex-habitación. Uno se mete dentro y hace eco. Y os preguntaréis, ¿para qué meterse en un armario? Pos no lo sé, el tío que estaba viviendo ahí me dijo lo del eco, me entró curiosidad, y probé.
El caso es que en tanta habitación mis 4 cosas no ocupan nada y me dije: alegría, vamos a llenarla un poco. Así que el lunes, como salí de currar a las 16:00, fui a IKEA.
-No habrá nadie un lunes a las 16:00...
Mal pensado. Estaba eso de bote en bote. Eran las puñeteras rebajas de julio. Cogí un carrito. Bueno no. Cogí un camión, porque los carros del IKEA son tan grandes que dentro de poco habrá que sacarse carnet para saber llevarlo y no llevarte media tienda al girar en las curvas. FLipante. Así que cojo mi trolebús y empiezo amirar. Cocinas... no quiero. Paso en medio de un grupo de amas de casa que han ido en plan excursión y que comentan lo baratas y monísimas que son unas sillas de cocina.
Paso y llego a Salones. Allí ya veo butacas y bufs individuales, cosa que ya me atrae más para llenar espacio. Aparco mi trolebús en segunda fila sin intermitentes ni nada obstaculizando el pasillo central, pero me da igual, y voy haci una butaquita. 40 euros, parece chula. VOy a sentarme. ENfilo mi hermoso trasero hacia su destino cuando oigo un grito detrás.
- ES MÍOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!
Rectifico mi bajada de culo y vuelvo a subir (suerte de mis musculosas piernas), miro hacia atrás, y veo a una señora que coge "su"butaquita y la agarra como si fuera su hija.
Vamos, que no llego a oirle (cosa por otro lado difícil) y me pego un lechón considerable.

Y como no escarmenté en IKEA, al día siguiente me pasé por las rebajas del corte inglés, necesitaba unas sandalias.

Entro y tras atravesar (y marearme con ella) la sección de perfumería, llego a "zapatería" oliendo a Aqua Di Gio, Eternity, y Eau de Gossage. Allí todo está ordenado por marcas, pero como no entiendo mucho me paro en todas y busco sandalias. No veo casi nada, así que acudo a una encantadora y amable señorita vestida de verde. El diálogo que mantengo con ella es algo así:
-Buenas tardes, ¿dónde hay sandalias?
-En todas partes, caballero. La tiene en Timberland, Panama...
Yo me quedo pensando en si esta mujer me está diciendo que me vaya a otro país acomprar zapatos o qué. Luego caigo en que son marcas.
-¿Y dónde están?
-Sígame por favor.
Le sigo a un ritmo endiablado. La tía pic,poc,pic,poc con sus tacones de medio metro abriéndome paso entre la multitud. LLegamos a un mostrador que dice "Timberland".
-Aquí tiene unos modelos, caballero.
-Gracias.
Ese "gracias" que lleva un "déjeme en paz mirar las sandalias" implícito no lo capta ella, que se queda a un palmo de mi cara mirándome fijamente. Yo miro incómodo las sandalias, y para que se largue, como no hay una pelota a mano que tirarle como a Rufo, uso mi ingenio:
-Eh... esas, ¿me puede traer esas? -le digo señalando un par de sandalias, feisimas, pero que le mantendrán ocupada un rato.
-Sí señor, enseguida vengo.
La tía empieza a galopar hacia el almacén y yo me quedo mirando sandalias. Encuentro unas chulas y las cojo. Aparece la tía otra vez con 8 cajas.
-Aquí tiene.
-Eh... no le he dicho el número.
-Lo sé, por eso le he traído los que he pensado que le podrían valer.
La tía me ha traido el 39,40,41,41,42,43,44 y 45. Los miro mientras le miro a ella asustado pensando que no está bien del coco. Bueno, ni de l vista, porque viendo mi zanco no se cómo leches trae un 39!!!! Encima, mi número no está.
-Este... uso el 46.
La tía me mira con cara de asesina y rápidamente le intento calmar.
- Pero prefiero estas (enseñansole las nuevas).
La tía coge las 8 cajas y se gira.
-Del 46!!! -le chillo mientras se va.
Al rato aparece con las mías, del 46. Me las tira encima (a poco me cruza la cara con ellas) y me las pruebo.MIentras me las pongo ella está a dos palmos de mí haciendo poc,poc,poc... con el zapato, metiendo prisa. Me las pongo. Me levanto.
Son incomodísimas.
-No sé... no las veo...
-Le quedan muy bien, es su número.
-Sí, mi número es, pero...
-Entonces son suyas.
-Ya pero... no las veo... cómodas.
Es entonces cuando la amable y encantadora dependienta me mira fijamente y me dice:
-¿Usted quiere sandalias?
-Sí...
-PUes cómprese estas.
Me siento insultado, así que me quito las que tengo y le digo:
-Pues... va a ser que no. Adiós.
Allí le dejé a la borde esa con sus sandalias. Y gracias que no pedí la hoja de reclamaciones...

Esto es todo gente, a la vuelta de las vacaciones tendré muuuchas anecdotillas, y seguro que de mi VM las hay a manta. Por cierto!! la votación que más votos ha registrado hasta hoy fue la de sus experiencias en la FNAC!! tomo nota...

¡¡¡VOTA!!! ¡PUEDES VOTAR MÁS DE UNA OPCIÓN!