16 de marzo de 2010

EXPERIENCIA EN UN AVIÓN




Hola!!

Bueno, últimamente no paro; primero fui un finde con mi Amigo Pavo y mi Amiga Especial (AE) a París, luego en Donosti, y ahora acabo de llegar de tierras canarias, de pasar un finde allí con mi AE. Concretamente fuimos a Lanzarote, y la verdad es que se agradece un finde así, de escapada, lejos de los fríos y las lluvias peninsulares.

Eso sí, ya podía no haberme quemado tanto, que en el trabajo ahora me llaman salmonete y mi AE cangrejillo. ¿Sabíais que uno se puede quemar después de la oreja? Pues sí que se puede.

Aparte de eso y de que éramos los únicos españoles en la zona (estaba lleno de guiris nórdicos) todo fue más o menos normal. Bueno, a mí me llegaron a confundir con un guiri. De hecho, a mi AE le saludaban en español, y a mí en inglés, ¿os podéis creer? Ofendido, estaba yo.

Situación 1: guiri vieja se va a cruzar con nosotros en nuestro complejo hotelero, y al alcanzarnos nos dice: "morning!!". A lo que respondimos con un "morning", qué remedio.

Situación 2: en el aeropuerto; una cajera cobra en el duty free lo que la gente compra. Hay cola. Va pasando la gente y me llega el turno. A la de delante le pide su tarjeta de embarque y... ¿a mí? A mí me pide la boarding pass!!

Situación 3 (y peor): Entra mi AE en un sitio de información turística y al mismo tiempo tienda. Le dicen "buenas tardes" desde la mesa. Entro yo: "good afternoon".

¿¿¿¿¿¿pero se puede saber qué le pasa a a gente????????

Sería mi tono rojo atardecer que les confundía.

Pero lo más raro del viaje vino al final. Estábamos en el avión de vuelta. Yo me senté junto a una salida de emergencia de estas que están al lado de las alas, que son butacas más espaciosas para estirar mis patitas. Todo iba bien hasta que empezamos a correr por la pista. El avión cogió velocidad y yo iba mirando por la ventana, cual pequeño emocionado ante la velocidad que cogíamos, cuando al empezar a elevarnos noté que algo me caía encima de las gafas, y después sobre mi mano.

Miro hacia ellas y... ¿qué veo? Una especia de tapa de unos 20 cms x 30, de plástico.

Yo: "¿Pero qué es esto?"
AE: "Javier, ¿qué has hecho?"
Yo: "Nada, me ha caído esto encima... creo que de aquí" y veo que sobre mi hay un hueco de donde provenía ese plástico, justo en la supuesta salida de emergencia, y había dejado al descubierto unos cuantos cables y el resorte de apertura de la salida de emergencia, admeás de dejar entrar una curiosa ráfaga de aire de fuera.
AE: "Ponlo!!"
YO: "¿Pero qué voy a poner? ¿y si se abre esto y nos damos la leche padre?"

En eso estábamos discutiendo cuando apareció a todo correr y jadeando un azafato:

"¿QUé está pasando?"
YO: "Que se ha caido esto..."
"¿Lo has tocado antes?" (el tío súper nervioso)
YO: "No, estaba normal y se me ha caído encima"
"Habrán sido los del vuelo anterior... mira dame, vamos a ponerlo antes de que... es que... ha saltado un piloto de emergencia ¿sabes? Y el copiloto se ha alarmado y... bueno, lo ponemos y luego te cuento"
Con tan tranquilizadora explicación, el azafato se fue a su sitio tras recolocar el plástico en la salida de emergencia. Y claro, la gente mirando y pensando: "hay un loco que está queriendo salir".

Nosotros nos quedamos mirándonos en silencio. Pensamientos de ese momento:

AE: "¿quién me manda a mí viajar con este, quién? En fin, está tan bueno, es tan simpático, majo, guapo, mejor persona... que tendré que soportar estas cosas"
YO: "Ya tengo historia para mi blog"

Al final de ese silencio, decidí hablar.

Yo: "¿Se habrá enfadado?"
AE: "Creo que sí... encima nos va a tocar bronca"
YO: "Pero si yo no he hecho nada!!"
AE: "Ya..."

Cuando se apagaron las luces de abrocharse los cinturones, volvió el azafato.

Azafato: "Hola otra vez. Vamos a ver, no habéis tocado nada, ¿no?"
YO: "Qué va... estaba mirando por la venana y me ha caído encima"
Az: "No te preocupes. Mira, te explico. Al soltarse, al copiloto se le enciende una luz que le dice que alguien está intentando abrir esta salida, y claro, al verlo en pleno despegue hemos pensado que alguien realmente quería salir; un loco, un maníaco nervioso por el avión... Por eso el susto. Es que imagina que se abre la puerta en ese momento. Salimos en los telediarios, en el mundo.... la liamos muy parda"
YO: "Pero yo no quería salir..."
Az: "Nada, no te preocupes, y perdona el susto"

Y ahí quedó todo. Bueno, y en que a los cinco minutos volvió con dos chocolatinas que nos dio a los dos, "por el susto".

Os dejos ya de paso un par de fotos de la calita que encontramos y donde me abrasé.

Muaks!



5 de marzo de 2010

EXPERIENCIAS UNA MAÑANA SIN NADA QUE HACER



¡Hola!

Bueno, un mes sin poner nada aquí y en una semana dos cosas. No hay nada como una mañana que estoy obligado a vagabundear por la calle. Y digo obligado porque hoy me han barnizado el piso, y tení aque estar no muy lejos de casa como para poder volver a abrir a los obreros cuando quisieran dar la segunda mano, pero no muy cerca si no me quería intoxicar.

Y yo sin nada que hacer, expuesto a la gente durante una mañana, es peligroso.

Una vez que han llegado y se han puesto a hacer su trabajo me he ido a desayunar. Me he sentado en una mesa de una típica cafetería de barrio. Un típico camarero de esos que le pides en bajito, con cara de dormido, un café con leche y al momento grita:

"¡¡Un café con leche para el muchachooooooo!!" Y sin saber cómo, porque sus dos manos estaban ocupadas recogiendo vasos sucios de la barra, han aparecido una taza y un plato delante de mí.

Con el grito y el truco de magia este me he espabilado un poco. El típico camarero me ha servido mientras gritaba a su compañero no sé qué de una tortilla, y yo me he ido a la mesa más alejada de la barra. Una vez allí, me he sentado y he sacado una guía de viaje.

Y así he estado yo feliz, totalmente abstraído del camarero y del barullo del bar, hasta que ha llegado el Señor Charlatán (SC). Estaba leyendo cuando oigo:

SC "Hola joven"
Yo levanto la vista y me encuentro a un hombre bastante mayor, encorvado, apoyado sobre uno de estos aparatos o bastones de cuatro patas con ruedas (no una silla).
Yo: "Hola"
SC "¿Le importa que dfafknlekneqwklfnewklnfqf?" No, no me he vuelto loco, es lo que ha dicho, no se le entendía nada.
Yo: "¿perdón?"
SC "Que si le importa que me pejfepwqjfpeqwjfewqf"
Yo: "Perdone pero es que no le entiendo"
SC "Que si puedo sentarme" ha repetido pacientemente.
Yo: "Ah! esto... sí, claro" le digo señalando la silla delante de mí.
Y entonces se pone a farfullar con el camarero: "¿Has visto, Paco, los jóvenes de hoy en día lo mal que oyen?"
Yo, que ya había vuelto a mi lectura, levanto una ceja como diciendo: ¿eso no irá por mí?
Entonces se girá y avanza hacia mí.
SC "Entonces, ¿me dejas?"
Yo: "Sí sí, sin problema, siéntese ahí"
SC "Pero quiero idonwioqdnioqdniqowdn sitio"
Yo: "¿Cómo?"
SC "No puedo andar bien, quiero ioewhfioeqwhfqe sitio"
Yo: "¿otro sitio?
SC "El tuyo!!"
Yo: "Bueno vale, si a mi me da igual, ya me iba (mentira) ala tome mi sitio" le digo levantándome.
SC "No!!" me hace un gesto con la mano para que no me vaya.
Yo: "Perdone, pero le he entendido que quería mi sitio"
SC "Sí, eso es"
Yo: "Pues tome, se lo doy"
SC "Pero no te vayas"
Yo: "Es que..."
SC "Te puedes quedar, dqidhqwidhqwidohqw te"
Yo: "¿que qué?
SC "No quiero echarte!!"
Yo: "Bueeeno, pues me quedo 5 minutos, pero me iba ya"

Y me siento frente a él, pero en la otra silla (él quería la mía) y vuelvo a mi lectura. Al minuto, interrupción.

SC: "Periódico"
Yo: "Cómo?"
SC: "¿Puedes mirar si hay un periódico en la barra? Es que no me puedo hfoiqhwfeqhw"

Intuyo que no se puede levantar, aunque dar la caca puede un rato. Me incorporo y veo que lo tiene el camarero.

Yo: "Lo está leyendo el camarero"
SC: "¿qué?"
Yo: "Que lo está leyendo el camarero"
SC: "No te entiendo, joven, volcalizas muy poco"

Yo pensando: "manda huevos... quién me mandaba a mí..."

Yo: "¡¡Que lo tiene el camarero!!"
SC: "ah, bueno, no hace falta gritar..."
Yo (a punto de llorar): "¿Se lo pido?"
SC: "Sí, por favor, y un colacao"

Así que me acerco al camarero:

Yo: "El hombre que está ahí sentado quiere el periódico y un colacao"
Camarero: "¿y le vas a invitar tú?"
Yo: "Eh... no."
Camarero: "no le hagas mucho caso, si te molesta cámbiate de mesa"
Yo: "No, si... me iré enseguida"

Vuelvo a la mesa mientras el camarero le sirve a SC. Me pongo a leer un minuto. Interrupción.

SC: "¿Estudias?"
Yo: "No. Trabajo."

Silencio. Sigo leyendo. Entonces noto por el rabillo del ojo que el hombre está así:



Le miro y pregunta:

SC: "¿Has leído el Quijote?"
Yo: "Eh... pues no. Empecé pero no lo acabé".
SC: "Ah... es un buen libro..."

Y ante el temor de que empezara a hablar del Quijote me he levantado y me he despedido.

Otro hombre raro para engrosar la lista de personajes que me encuentro en mi vida...

2 de marzo de 2010

EXPERIENCIAS ANTES Y DESPUÉS DE TRABAJAR



Hello!!

Últimamente tengo esto algo abandonado, no sé si porque las cosas que me pasan son menos, o porque estoy tan acostumbrado a ellas que lo veo normal y no digno de nombrar aquí.

Respecto a mi vida corriente, poco nuevo. Os dejaba la última vez con un post acerca de mi exHabitación, ahora camino de convertirse en un vestidor por obra y gracia de mi Venerable Madre (VM). Os diré sobre este tema que el finde que fui a casa ya me encontré las cosas en mi nueva habitación, y bueno, podríamos decir que quedé satisfecho con el cambio. Aunque reitero que se me debería haber avisado…

Pero a lo que iba hoy es a contar dos experiencias en torno a esos momentos antes y después de trabajar. Una ocurrió hace unos meses y se me olvidó ponerla aquí, la otra me pasó ayer.

Vamos con la más actual. Resulta que ayer al salir de trabajar fui a echar gasolina en una gasolinera que está pegada al trabajo. Llené el depósito y cuando acababa de pagar e iba a salir de la tienda, escuché que un chico preguntaba al dependiente:

“Perdona, ¿sabes cómo se coge la M40 desde aquí?”

Entonces Javi el justiciero, amante del bienestar de todo el que le rodea, intervino:

Yo: “Yo voy a cogerla ahora, si quieres me sigues y ya está”.
Él: “Coño, muchas gracias tío, es que no sabes cómo está la M30… Gracias, no quedan muchos como tú”.
Yo pensando: “Lo sé” Dije: “Sígueme, mi coche es ese de ahí”.
Él: “De acuerdo”

Así que cogí mi coche, salí de la gasolinera, y él cogió su furgo y me siguió. Torcí aquí y allí, y él detrás de mí religiosamente. Pero entonces llegó la complicación: una carretera con dos carriles; teníamos que coger el de la izquierda (el de la derecha se iba a otro pueblo) y justo después de coger ese camino, torcer a su vez a la derecha. Pero él sólo tenía que seguirme.

Así que me puse a la izquierda. Pero él, como llevaba furgo y estará acostumbrado, se quedó en la derecha, carril que por cierto iba casi vacío. Entonces llegó a mi par y me hizo un gesto por la ventana como diciendo: “ahora qué hago!! Pásate aquí!!”

A lo que yo le respondí con otro gesto en plan “a la izquierda, giliollas (no se dicen tacos en este blog por dictamen de mi abuela), vente a la izquierda!!”

Como él avanzaba por su carril más rápido que yo por presión de los coches de atrás, le dejé espacio para meterse delante de mí. Y ahí se metió. Yo puse el intermitente izquierdo para indicarle que se quedara ahí en el próximo desvío. Y se quedó. Pero como justo después había que girar a la derecha, puse el otro intermitente. Como no me veía le hice gestos con la mano en plan: “ahora a la derecha, mangarrán!!” Pero no me vio y siguió de frente. Me cagué un poco en todo y decidí seguirle, con la esperanza de que se parara un poco más adelante y poder reguiarle a la M40, pero el muy memo se metió en una incorporación, que ya no tenía vuelta atrás, hacia la atascadísima M30. AL verlo pensé: “yo ahí no me meto… me largo de aquí.”
Y aceleré hacia la M40 mientras el hombre me veía irme haciéndome gestos un tanto cabreado, y acordándose de mi VM, con una cara algo así:



Pero conste, y lo dijo él: como yo quedan pocos….

Y la segunda historia es justo al revés: llegando a trabajar. Todo empezó porque en mi querida empresa el parking es pequeño, y si llegas un poco más tarde de las 9.30 de la mañana te tienes que ir a aparcar prácticamente a otra ciudad. Uno de esos días, cuando ya había aparcado y emprendí camino hacia la tele, vi que llegaba una compi de trabajo y que iba a aparcar donde yo había dejado el coche. Así que decidí esperarle para hacer la vuelta acompañado y más amena. Pero mientras esperaba se me ocurrió algo para darle más emoción y empezar bien el día.

Así que me escondí en una esquina del edificio, y cuando oí que mi compi llegaba salté para asustarle gritando: AAAAAAAAHHH!!!!! En plan pirata abordando un barco. En ese momento tendría una cara algo así:



Pero claro, todo habría sido más divertido si la persona que asusté realmente hubiera sido mi compi. Porque cuando di el salto, la persona que de un brinco lateral casi acaba en la carretera tartamudeando era otra mujer. En ese momento yo me quedé mudo viendo que esta tipa, un tanto desencajada, agachaba la cabeza como si fuera a caerle un cohete del cielo. Estaba así:



Y entonces tenía que decir algo, claro:

YO: “Yo… perdón… perdón… creía que eras otra persona… es que… hay una compañera mía por aquí y pensaba que… perdón…”
Ella: “No.. no… no…”

No acertó a decir nada más mientras se medio trastabillaba para salir por patas de ahí. Pobrecita, en ese barrio de mala muerte, desierto a esas horas, se debió pensar que era un violador o algo peor.

Cuando, esta vez sí, mi compi llegó al lugar de los hechos, le conté la historia. Se partía en lugar de compadecerse de mí, la muy perra. Una vez recorridos los 8738 kms que nos separaban de la tele, fuimos a desayunar en la cafetería de la tele. Cuando salimos de ella para ir a la redacción, le comenté a mi compi:

“¿Te has dado cuenta de que he desayunado de perfil a la barra en lugar de frente?”
Ella: “Bueno.. ahora que lo dices…”
“Estaba ahí”.
Ella: “¿Quién?”
“La mujer que casi mato de un susto”

Y más risa. Y desde entonces sé que trabaja en la tele, aunque no sé en qué departamento…

En fin, qué le vamos a hacer…. Espero que no sea de personal.

Nos vemos!!