EXPERIENCIAS EN ROMA

¡Hola!

Bueno, pues ya estoy de vuelta en mi blog después de un par de semanas de ausencia cibernética... Y es que entre que me paso tanto tiempo en el curro en el ordenador y no me apetece llegar a casa y escribir, y que los findes me voy por ahí... Pos eso, que no escribo mucho. Pero de todas formas no estoy metiendo mucho la gamba últimamente...

Anuncio, hablando de fines de semana, que este sábado me voy a Cannes con la tele, como el año pasado. Espero que no me pisoteen, no tirar cremas sobre salas VIP, ni hacer cosas por el estilo como el año pasado... (léase "experiencias en Cannes I y II, en mayo del año pasado).

Pero este finde pasado me he ido a Roma. La razón: el cumple de mi Amiga Especial (AE), que aunque es el 30 de este mes, por diversas razones le he regalado un finde en Roma pero ahora (somos personas muy ocupadas).

La cosa empezó como últimamente me suele pasar, en el avión. Esta vez subimos y no nos hicieron bajar, como las últimas veces. De hecho, el problema fue que no nos dejaban bajar. El problema: unos cerdos mexicanos con gripe. O unos cerdos con gripe de mexicanos. O unos mexicanos con gripe de cerdos...

Bueno, el caso es que aterrizamos. Nada más tocar tierra, se empiezan a oir asientos moverse, gente inquieta, móviles encenderse... típico avión de españoles, vamos, que nos dicen que stemos quietecitos hata llegar a la terminal y allí no estaba quieto ni perri. Llegamos, nos paramos, y se levanta todo el avión a la caza de un hueco en el pasillo donde esperar de forma incómoda, como doblados unos sobre otros, en medio de los sobacos sudorosos tras dos horas de vuelo. Todo para salir un minuto antes, ya ves... El caso es que estamos así unos minutos y suena el altavoz:

Azafata: "Seores pasajeros, les informamos que debido a una exigencia del país en que nos encontramos, los pasajeros proveniente de México deben rellenar un formuario.De modo que por favor vuelvan a sus asientos y si son tan amables esperen a que nos acerquemos para dar a estos pasajeros las hojas. Gracias".

Al momento volvemos todos a nuestros asientos. Un italiano nos mira a mi AE y a mi y dice:

Italiano: "Ma che cosa??"
Yo: "English??"
Italiano: "No, italiano..."
AE: "Mexico... flu..." Y hace el gesto de rellenar una hoja.
Incomprensiblemente el italiano parece entender y se sienta sonriente. AL poco pasan las azafatas preguntando por pasajeros de México. Unas 8 filas más atrás que nosotros unos cuantos cogen una hoja. Todos miramos la parte de atrás del avión como pensando "ufff" meintras los de su alrededor, en lugar del cuestionario, pidenun testamento.

En fin, que por fin bajamos del avión y fuimos para Roma.

Nuestra siguiente anécdota es de conocimientos. Porque mi AE se las da de lista conmigo (vale, es muy lista, pero yo también), y me lo querá demostrar en Roma. Y yo le dije: Mira, en esta iglesia está el David de Miguel Ángel.
AE: "Será el Moisés"
YO: "No, el David"
AE: "Ese no está en Roma"
YO: "Bueno, una estatua grande de Miguel Ángel, y famosa".

El caso es que entramos, vemos la iglesia, y al fondo hay esto:



Después salimos de la iglesia. Y le digo a mi AE:

"Qué raro, pos no estaba el Moisés".
AE: "¡¡Pero si estaba ahí!! ¿No lo has visto?
Yo: "¿era el barbas del fondo?"
AE: "Sí!!!!!!!!!"
Yo: "Ups... por un momento esperaba ver al tío alto este en pelotas... pero ese me acabo de acordar que era el David, y lo vi en otro sitio..."

Claro, yo pensando en este (comprensible confusión):



Y mi AE así:



En mi defensa diré que hacía calor. Y me afectaba.

Por lo demás, el viaje transcurrió divertido. Mi Ae cogía el mapa, nos perdíamos, y volvíamos a empezar... Bueno, casi que diré La verdad. Yo cogí el mapa y me perdí un poco un par de veces. Pero era para ver a fondo roma, todo sea dicho.

Ved el recorrido que hicimos del hotel para llegar a la Fontana di Trevi, ¿acaso no lo habríais hecho igual? La H es el hotel. Seguida las lineas rojas.



Pero mi AE es astuta y lista (y me quiere un poquito) por eso me dejó una segunda oportunidad. Esta vez, justo después de picar algo en una terraza, mi misión era ir desde el río hasta Piazza Navona, que está al lado... Pues bien, mirad qué recorrido turístico le hice por la ROma profunda. La C es el chiringito, el recuadro la plaza:



Después de esto mi AE ya no confió más en mí. ¿Os podéis creer? Con lo bien que se estaba paseando a 30 grados por Roma...

Por culpa de ese incidente mi AE se metió hasta con mi gran habilidad para sacar fotitos con mi brazo super largo y que parezcan hechas a distancia. De hecho, aquí hay una secuencia que demuestra sus ataque de furia:

1. Intento sacar una foto del Arco de COnstantino:



2. Bajamos y veo una foto perfecta del Arco + el coliseo por detrás. No puedo desaprovecharla y le digo a mi AE: venga, una más, que es muy chula.



3. La idea mola, pero el resultado ha sido un poco bajito. Tengo que poner la cámara más alta para que salga todo. Así que lo intentamos otra vez.




4. Mi AE es la mejor. Sigue sonriendo como en la primera foto aunque la idea de sacar 3 fotos de lo mismo le toque un poco las naricillas. Pero hay un problema: nos hemos puesto al revés, porque le tapo el sol. Así que hay que hacer otra corrigiendo eso.




5. Como podéis ver, mi AE empieza a estar cansadita, pobrecita mía... Y sale diciendo que no quiere más. Pero le digo que nunca se está ahí, y que ya que hemos sacado 4, hay que casar la quinta bien... Y cede.



6. Pero se me va la mano al apretar el botón. Así que intento sacar otra. Pero mi AE ya no está tan por la labor.



7. Le enseño cómo ha salido de violenta y le intento convencer para intentarlo una vez más. ¡Y lo consigo!




8. No estoy del todo satisfecho con el resultado, podría ser mejor. Insinúo que quiero otra, pero para entonces mi AE no me quiere escuchar y me manda a paseo así:



9. Un rato más tarde subimos al foro y desde ahí se ve la misma foto, pero más fácil. Le digo a mi Ae que podemos sacarla por fin. Accede, pero intenta echarme de la foto con el hombro derecho, aunque la doy por buena:



En fin, esto ha sido todo... Pero en el fondo lo hemos pasado muy bien.

ENCUESTA ¿Me merezco tan poca paciencia?