2 de marzo de 2010

EXPERIENCIAS ANTES Y DESPUÉS DE TRABAJAR



Hello!!

Últimamente tengo esto algo abandonado, no sé si porque las cosas que me pasan son menos, o porque estoy tan acostumbrado a ellas que lo veo normal y no digno de nombrar aquí.

Respecto a mi vida corriente, poco nuevo. Os dejaba la última vez con un post acerca de mi exHabitación, ahora camino de convertirse en un vestidor por obra y gracia de mi Venerable Madre (VM). Os diré sobre este tema que el finde que fui a casa ya me encontré las cosas en mi nueva habitación, y bueno, podríamos decir que quedé satisfecho con el cambio. Aunque reitero que se me debería haber avisado…

Pero a lo que iba hoy es a contar dos experiencias en torno a esos momentos antes y después de trabajar. Una ocurrió hace unos meses y se me olvidó ponerla aquí, la otra me pasó ayer.

Vamos con la más actual. Resulta que ayer al salir de trabajar fui a echar gasolina en una gasolinera que está pegada al trabajo. Llené el depósito y cuando acababa de pagar e iba a salir de la tienda, escuché que un chico preguntaba al dependiente:

“Perdona, ¿sabes cómo se coge la M40 desde aquí?”

Entonces Javi el justiciero, amante del bienestar de todo el que le rodea, intervino:

Yo: “Yo voy a cogerla ahora, si quieres me sigues y ya está”.
Él: “Coño, muchas gracias tío, es que no sabes cómo está la M30… Gracias, no quedan muchos como tú”.
Yo pensando: “Lo sé” Dije: “Sígueme, mi coche es ese de ahí”.
Él: “De acuerdo”

Así que cogí mi coche, salí de la gasolinera, y él cogió su furgo y me siguió. Torcí aquí y allí, y él detrás de mí religiosamente. Pero entonces llegó la complicación: una carretera con dos carriles; teníamos que coger el de la izquierda (el de la derecha se iba a otro pueblo) y justo después de coger ese camino, torcer a su vez a la derecha. Pero él sólo tenía que seguirme.

Así que me puse a la izquierda. Pero él, como llevaba furgo y estará acostumbrado, se quedó en la derecha, carril que por cierto iba casi vacío. Entonces llegó a mi par y me hizo un gesto por la ventana como diciendo: “ahora qué hago!! Pásate aquí!!”

A lo que yo le respondí con otro gesto en plan “a la izquierda, giliollas (no se dicen tacos en este blog por dictamen de mi abuela), vente a la izquierda!!”

Como él avanzaba por su carril más rápido que yo por presión de los coches de atrás, le dejé espacio para meterse delante de mí. Y ahí se metió. Yo puse el intermitente izquierdo para indicarle que se quedara ahí en el próximo desvío. Y se quedó. Pero como justo después había que girar a la derecha, puse el otro intermitente. Como no me veía le hice gestos con la mano en plan: “ahora a la derecha, mangarrán!!” Pero no me vio y siguió de frente. Me cagué un poco en todo y decidí seguirle, con la esperanza de que se parara un poco más adelante y poder reguiarle a la M40, pero el muy memo se metió en una incorporación, que ya no tenía vuelta atrás, hacia la atascadísima M30. AL verlo pensé: “yo ahí no me meto… me largo de aquí.”
Y aceleré hacia la M40 mientras el hombre me veía irme haciéndome gestos un tanto cabreado, y acordándose de mi VM, con una cara algo así:



Pero conste, y lo dijo él: como yo quedan pocos….

Y la segunda historia es justo al revés: llegando a trabajar. Todo empezó porque en mi querida empresa el parking es pequeño, y si llegas un poco más tarde de las 9.30 de la mañana te tienes que ir a aparcar prácticamente a otra ciudad. Uno de esos días, cuando ya había aparcado y emprendí camino hacia la tele, vi que llegaba una compi de trabajo y que iba a aparcar donde yo había dejado el coche. Así que decidí esperarle para hacer la vuelta acompañado y más amena. Pero mientras esperaba se me ocurrió algo para darle más emoción y empezar bien el día.

Así que me escondí en una esquina del edificio, y cuando oí que mi compi llegaba salté para asustarle gritando: AAAAAAAAHHH!!!!! En plan pirata abordando un barco. En ese momento tendría una cara algo así:



Pero claro, todo habría sido más divertido si la persona que asusté realmente hubiera sido mi compi. Porque cuando di el salto, la persona que de un brinco lateral casi acaba en la carretera tartamudeando era otra mujer. En ese momento yo me quedé mudo viendo que esta tipa, un tanto desencajada, agachaba la cabeza como si fuera a caerle un cohete del cielo. Estaba así:



Y entonces tenía que decir algo, claro:

YO: “Yo… perdón… perdón… creía que eras otra persona… es que… hay una compañera mía por aquí y pensaba que… perdón…”
Ella: “No.. no… no…”

No acertó a decir nada más mientras se medio trastabillaba para salir por patas de ahí. Pobrecita, en ese barrio de mala muerte, desierto a esas horas, se debió pensar que era un violador o algo peor.

Cuando, esta vez sí, mi compi llegó al lugar de los hechos, le conté la historia. Se partía en lugar de compadecerse de mí, la muy perra. Una vez recorridos los 8738 kms que nos separaban de la tele, fuimos a desayunar en la cafetería de la tele. Cuando salimos de ella para ir a la redacción, le comenté a mi compi:

“¿Te has dado cuenta de que he desayunado de perfil a la barra en lugar de frente?”
Ella: “Bueno.. ahora que lo dices…”
“Estaba ahí”.
Ella: “¿Quién?”
“La mujer que casi mato de un susto”

Y más risa. Y desde entonces sé que trabaja en la tele, aunque no sé en qué departamento…

En fin, qué le vamos a hacer…. Espero que no sea de personal.

Nos vemos!!

2 comentarios:

Álex Garaizar dijo...

Este blog está acabado X(

Anónimo dijo...

habló el que dejó su blog moribundo varios meses...